Crónicas de Mercado: papa extranjera o papa oca

Por: Isis Samaniego

En Veracruz no sé qué tendremos con los extranjeros, pero todo lo que no conocemos por añadidura se denomina extranjero. Es por eso que en el centro del estado, tenemos varios ejemplos de frutas raras que, por una u otra razón, se han sembrado en los pueblos cercanos al volcán. Algunos por gente que viene y le da cuerda al campesino para innovar en las siembras; y otras frutas y verduras que de pronto desconocemos que se dan en esta tierra, tan fértil y buena, que se tiene en todo el estado, pues sabrán que Veracruz es uno de los estados más ricos en biodiversidad y microclimas.  Si nos tomáramos el tiempo para recorrer los mercados de la zona, tanto de la sierra como de la costa y de la selva, encontraríamos plantas tan diversas como diversa es la gente que tiene el estado, ya que aquí al ser la entrada principal para la gran Tenochtitlan, gente proveniente de diversos países europeos sentaron sus reales. Así también, los africanos traídos como esclavos generaron mestizaje, del cual poca gente habla pero que, sin embargo, nos ha enriquecido como nación.

Aquí en las montañas del centro de Veracruz existió un libertador antiesclavista en el periodo colonial de 1570, aproximadamente. Él y sus huestes de rebeldes constituyeron el primer pueblo libre de América, que lleva el nombre de Yanga o Nyanga. Gaspar Yanga fue un príncipe africano vendido como esclavo a los españoles, su histórica lucha es una de tantas historias que no encontramos en los libros de texto  – o al menos en mis épocas su nombre no estaba en ellos – sin embargo, era una historia oral que se contaba entre las familias, ya que nunca falta el negrito en el arroz, o mejor dicho,  el negrito en la familia y ¡zas! venía a cuento la rebelión de los negros cimarrones que causaron mucho daño a la corona española. Tan bravos eran, que los españoles tuvieron que negociar con ellos pues no pudieron derrotarlos. Bueno, pero hasta aquí les dejo esta historia y regresemos a lo que nos truje.

¿Que por qué les comento esta nota histórica? Pues porque, como les decía al principio, si la fruta o verdura no se conoce en la región, se le da el adjetivo de extranjera. Tal como a esta papita roja, que es una delicia sobretodo en época de invierno. La papa extranjera o papa oca (así se le denomina en Perú y en el sur de América) es un tubérculo, su nombre científico es Oxalis Tuberosa, se dice que es originaria de los Andes, aunque siempre he dicho que América tiene tantos misterios como flores y frutos que se comparten, y que los pájaros y otros polinizadores en su trayecto de migración traen y llevan semillas por todos lados. Sin embargo, en Perú la papa extranjera (oca) es uno de los alimentos más cultivados desde hace miles de años[1]. Esta papa generalmente aquí en la región central de Veracruz es de color rojo o morado, aunque también pueden aparecer papitas entre amarillentas y blancas de sabor suave y dulce, porque aunque lleve el nombre de papa nada tiene que ver con el sabor de la papa que todos conocemos. Eso sí, aquí se come cruda o con chile y limón pues es un alimento súper jugoso y fresco.

Este “rizoma” es rico en hierro (12.5mg) y vitamina C (39.7mg); el color rojo se lo dan los carotenoides y las antocianinas que componen su piel. Esta papa se compone de 87% de agua, tiene solo 73.5 calorías, cero grasas, muy poco carbohidratos (3.5%) fibra 32% y  Vitamina B1 (tiamina) 0.05mg, Vitamina B2 (riboflavina) 0.94mg, Vitamina B3 (niacina) 1.09mg, Fósforo 28.2mg, Zinc 1.8mg y calcio en un 17.2mg. Esta papa ayuda al cuerpo a combatir las infecciones y prevenir enfermedades, así como también fomenta el desarrollo de células sanas, y previene los efectos del envejecimiento prematuro. Sus micronutrientes como zinc y fósforo ayudan en el desarrollo y mantenimiento de los huesos y dientes en los niños y los adolescentes.

La planta de este tubérculo es endémica de América y se da espontáneamente en varios países. La mata alcanza los 35 centímetros de altura, tiene hojitas parecidas a un trébol de color verde cenizo, y su ramaje, que es de color rojo, se extiende rápidamente por donde van pasando los tallos subterráneos y éste genera varios camotes que se convertirán en papas.

¡Tuve una el año pasado, pero creo que la inundé y pereció! Es muy triste porque sólo me quedó una papita pequeña, y la planta me parecía hermosa pues nunca había visto una; pero bueno ¡lo intenté!, ya será para este año volver a intentar plantar otra papa, y prometo cuidarla…

Aunque algo que sí les digo: ahora con la pandemia deberíamos tener acceso a este tipo de alimentos, que son saludables y que pueden generar beneficios importantes para la salud de las y los infantes. Ojalá y en las escuelas se promueva el consumo de frutas de temporada, que aportan nutrientes y son baratas para las familias mexicanas, pues estamos frente a una depresión económica que, con la nueva peste, nos está mermando los bolsillos y la salud. Informémonos mejor y dejemos de consumir lo que nos dictan los medios, evitemos caer en la paranoia de mandar por fast food pues igual y no nos contagiamos de Covid, pero nuestra salud también depende de lo que comemos. Seamos empáticos,  y acerquémonos a proyectos alternativos de mercado que ya existen y que tienen venta en línea, y mediante esa vía podemos comer sanamente, a precios justos y guardando nuestra sana distancia.

Las raíces y los tubérculos se pueden dividir en tubérculos, raíces y aráceas comestibles; normalmente son convertidos en harinas para su conservación y posterior uso como ingredientes y/o coadyuvantes de elaboración en la industria alimentaria, su ingrediente principal es el almidón, el almidón es la fuente principal de hidratos de carbono en raíces, van desde 73.7% a 84.9% del peso seco de la raíz, siendo una de las macromoléculas naturales más importantes (Zaidul et al., 2008).

Es por ello que se debe de conservar el uso comestible e industrial de este tubérculo, nos puede generar muchos aportes a nuestra dieta; y claro reconocer que hemos olvidado una parte muy importante de nuestra tradición culinaria y dar pie a que las nuevas generaciones se beneficien de estas investigaciones. Un muy buen ejemplo es una Slow Beer (cerveza artesanal con ingredientes del Arca del Gusto o tradicionales en riesgo de desaparición) con chayotextle: Orizabela. Que es un emprendimiento orizabeño que busca contribuir con la cultura cervecera de la ciudad, creando recetas innovadoras que utilicen ingredientes endémicos de la región de las Altas Montañas.

Las raíces y los tubérculos se pueden dividir en tubérculos, raíces y aráceas comestibles; normalmente son convertidos en harinas para su conservación y posterior uso como ingredientes y/o coadyuvantes de elaboración en la industria alimentaria, su ingrediente principal es el almidón, el almidón es la fuente principal de hidratos de carbono en raíces, van desde 73.7% a 84.9% del peso seco de la raíz, siendo una de las macromoléculas naturales más importantes (Zaidul et al., 2008).

Es por ello que se debe de conservar el uso comestible e industrial de este tubérculo, nos puede generar muchos aportes a nuestra dieta; y claro reconocer que hemos olvidado una parte muy importante de nuestra tradición culinaria y dar pie a que las nuevas generaciones se beneficien de estas investigaciones. Un muy buen ejemplo es una Slow Beer (cerveza artesanal con ingredientes del Arca del Gusto o tradicionales en riesgo de desaparición) con chayotextle: Orizabela. Que es un emprendimiento orizabeño que busca contribuir con la cultura cervecera de la ciudad, creando recetas innovadoras que utilicen ingredientes endémicos de la región de las Altas Montañas.

Esta raíz es conocida en Chiapas como cuetza o cueza, en Los Altos se consume mucho y podemos observarla en los mercados en los meses de noviembre a enero. También en Nicaragua y El Salvador es usada, le llaman patastilla; se puede comer solo hervida como papa en caldos y guisados o en croquetas donde la pican y la revuelven con carne molida, otros la saltean con mantequilla y cilantro, ahí sí depende del gusto y del bolsillo, aunque de todas las formas es deliciosa. En Guatemala la llaman ichintal.

Pues que este año sea más benévolo y que emprendamos el camino de la buena comida y la salud, recuerde querido lector que hay que abrevar del conocimiento de los pueblos y aprovechar sus saberes para enriquecer nuestra alimentación. Mis mejores deseos para que este nuevo año se respete la ley que regula y sanciona a la industria de la comida chatarra que envenena a niñas, niños  y adolescentes, por el bien de nuestro país y nuestra gente no bajemos la guardia. Alimentos buenos, limpios y justos para todas las personas en este 2021.

[1] Diccionario de Agricultura, Zootecnia y Veterinaria, Tomo II; ediciones Culturales de Publicaciones Herrerías, S.A. México DF. 1943, Primera edición.

Fotografías: portada foodnewslatam.com, foto 1 y 2 Isis Samaniego.

Isis Samaniego (Rio Blanco, Veracruz, sept/77). Estudió la maestría en Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, y Artes y Administración en la Universidad Veracruzana. Es miembro fundador de Ediciones Ají y miembro del colectivo Adictos a la Poesía de Xalapa, Veracruz. Ha publicado cuento y poesía en diversos medios. Su último libro, Jacaranda, fue editado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México. Colabora con la Comunidad Slow Food  Guardianes de Sabores en Cholula.